Sin agua potable en el país con la mayor reserva de agua dulce
En agosto próximo asume Santiago Peña como presidente de Paraguay. Habrá que ver la posición de su gobierno respecto a los temas ambientales. Por de pronto, el nuevo senador oficialista Basilio “Bachi” Núñez ya anunció que impulsará una ley para que se pueda explotar los recursos naturales del Paraguay, ya sea para buscar petróleo, gas o piedras. Demás está decir que “Bachi” es del primer anillo cartista y como viene la cosa en la elección para las autoridades del Congreso, el cartismo manejará, además del Ejecutivo, todo el Poder Legislativo a gusto y paladar.
Esto se da gracias a genuflexos opositores como Orlando Penner, de Patria Querida, y los liberales Noelia Cabrera Petters y Dionisio Amarilla. De Amarilla no es sorpresa su voto a favor del coloradismo, ya que siempre se ha mostrado muy cómodo recogiendo las sobras que caen de la mesa del cartismo. Cabrera Petters y Penner, sin embargo, son apellidos nuevos que ingresan al Congreso para cumplir su rol de oposición política.
Cabrera Petters y Penner representan el contrapeso que la democracia instala en un sistema para ejercer un control, un tipo de oposición que sea racional a partir de la elección de la gente. Por tanto, la elección de la mesa directiva es un voto vital para ser coherente con esa premisa de oposición que se requiere en un órgano como la Cámara de Senadores. Esto, pues, permite, que se cumpla con esa función opositora, posibilitando que el Legislativo tenga, a su manera y condición, el contrapeso para que los poderes del Estado ejerzan la gimnasia democrática necesaria del debate, del disenso, de la discusión.
Pero Cabrera Petters y Penner tendrán, de mantener sus posiciones, tal como anunciaron, la triste y patética inauguración como senadores, dando sus primeros votos al cartismo.
Ya es mitad de año. El 2023 está pasando muy rápido y cuesta detenerse en las cosas importantes. Todo esto, todo esto que hacemos, que decimos, que sentimos, que vivimos, que escribimos, es efímero y volátil. Ya no se sienten las cosas.
Todo queda en lo absurdo y descartable.
Gracias por estar acá.
La Volanta de la fecha trae los siguientes temas:
· Reportaje central: Sin agua en el país con la mayor reserva de agua potable del mundo.
· Actualidad: Los médanos no se tocan (por ahora).
· Chequeo: Es falso que Paraguay vaya a ser un sumidero de carbono.
· Recomendaciones: Lo que podés escuchar, ver o leer.
REPORTAJE CENTRAL:🔎
Falta agua potable en el país con la mayor reserva de agua dulce
Para llevar agua potable a su casa, don Eusebio Chaparro, líder indígena, tiene que caminar por lo menos 700 metros hasta llegar a una naciente de agua que brota de la tierra en su comunidad, llamada Arroyo Morotĩ, en el corazón del Tekoha Guasu, un territorio también llamado Reserva forestal San Rafael.
A esa zona, los indígenas la denominan “Tekoha guasu”, dos palabras en el idioma guaraní – la otra lengua oficial del Paraguay, junto con al español – que significa “El lugar donde hacemos nuestra vida”.
Al Paraguay lo divide geográficamente el río que lleva el mismo nombre en dos regiones: la Occidental o Chaco y la Oriental.
En este último territorio habita el acuífero Guaraní. Los especialistas lo consideran uno de los reservorios de agua dulce más importantes del planeta. El acuífero abarca, además, territorios de Argentina, Brasil y una parte de Uruguay.
Sobre el acuífero, en el interior de la Reserva forestal San Rafael, viven los indígenas de la comunidad Arroyo Morotĩ, del pueblo mbya guaraní. A pesar de estar sobre el corazón del acuífero, los indígenas de Arroyo Morotĩ no tienen agua potable.
En décadas pasadas, podían recurrir a cualquier arroyo cercano para proveerse de agua, pero eso hoy resulta casi imposible. La mayoría de los arroyos están con poco caudal y en los que tienen agua, el líquido ya no es seguro por la alta contaminación de la zona debido al uso masivo de agroquímicos para las plantaciones agrícolas que dominan la región.
Eusebio Chaparro es el líder de esta comunidad sumida en la pobreza absoluta. Cuenta que para las 45 familias habitantes de la comunidad, la única opción para beber y usar el agua es ir hasta una naciente natural, de donde se proveen las familias.
“Hay que traer en bidones o en balde. Lo que nos preocupa es que esta naciente deje de tener agua porque los arroyos se van secando” dice Chaparro, en guaraní.
Chaparro es un hombre bajo, habla pausado, pero con firmeza. Recuerda que en estas mismas tierras, sus antepasados habían desarrollado toda una vida. Dice que de esta naciente beben indígenas de otras comunidades también, que deben llegar hasta el lugar para buscar el vital líquido.
Según la organización Global Water Partnership (GWP), Paraguay es el país con el menor índice de seguridad hídrica en Sudamérica. Algunos elementos estatales refuerzan esa posición: recién en mayo de 2022, Paraguay reglamentó su Ley de Recursos Hídricos tras 15 años de su promulgación, nada menos.
“Sin esa agua, no sabemos qué puede pasar de nosotros”.
Eusebio Chaparro.
Esta ley reglamentada permitirá que las grandes multinacionales paguen un canon por la utilización de agua de los acuíferos. Además, establece un sistema de protección de los humedales del país, así como un inventario actualizado de cauces hídricos en territorio paraguayo.
A Chaparro le preocupa que la naciente de su comunidad se quede sin agua, en algún momento, y cierra con una dura reflexión: “sin esa agua, no sabemos qué puede pasar de nosotros”.
El Chaco: La sequía y la inundación
Los indígenas de la comunidad Yalve Sanga Enlhet, de Loma Plata, en el Chaco paraguayo, deben caminar varios kilómetros para conseguir agua potable.
Prácticamente hace tres años que esta áspera región del Paraguay soporta una de las sequías más intensas de los últimos tiempos. En el Chaco, donde la temperatura puede llegar a los 45° bajo un sol lacerante, un viento seco agresivo, el agua es vital para refrescarse, para una bocanada, para mojarse; en suma, para sobrevivir.
Los tajamares se están secando y el sistema de acueducto – tan promocionado por el gobierno nacional – no termina de funcionar. Y nada parece indicar que la situación vaya a cambiar a corto plazo.
La comunidad Yalve Sanga Enlhet, del pueblo Enlhet, está ubicada a unos 22 kilómetros del centro de Loma Plata, que es una de las ciudades más importantes del departamento de Boquerón, en pleno corazón chaqueño.
Osorio Losa, líder de esta comunidad, dice que desde el año 2020 más o menos que la sequía se puso muy fuerte en la región. Si bien caen lluvias, no resultan suficientes.
Losa no recuerda una sequía tan prolongada. Por lo general, en el Chaco hay épocas sin lluvias, que pueden extenderse por algunos meses. Pero lo que se está viviendo ahora ya llega a casi tres años sin caída importante de agua.
Quizás el último registro duro es lo ocurrido en el 2016, cuando en el norte del departamento de Boquerón, la sequía derivó en la muerte de miles de yacarés que no tenían agua para beber.
Pero en aquella ocasión, la barbarie no obedeció únicamente a la falta de lluvia, sino que también influyó el mal manejo que se tuvo en la gestión de la apertura del cauce del río Pilcomayo – que recorre territorio de Bolivia, Argentina y Paraguay - en la altura de la Cañada La Madrid y que riega toda esa región chaqueña.
También en los 90 se registró una sequía muy fuerte en esa misma región con una mortandad tremenda de yacarés. Igualmente, en aquella ocasión, los especialistas explicaron que el fenómeno obedeció a los mismos problemas del cauce del Pilcomayo.
Caminar buscando agua
Las mujeres y los hombres de la comunidad Yalve Sanga caminan kilómetros hasta el tajamar más cercano que todavía tenga agua para beber y acarrear el vital líquido para su gente.
Los pies descalzos, el sol por la cara, la piel curtida por el sol. Todo lo que desean es llegar a esa esperanza líquida. A pesar de que las autoridades sanitarias recomiendan no beber de estos lugares, los indígenas dicen que no tienen de otra.
“No tenemos agua potable acá en el Chaco, solo agua de lluvia. El problema también es que la mayoría de mi gente no tiene aljibes (una especie de cisterna que sirve para almacenar agua), por eso nos complica siempre cuando hay sequía” relata Osorio.
Solamente en su comunidad, viven al menos 2.300 personas, según Osorio.
En agosto de 2022, el gobierno local del departamento de Boquerón declaró emergencia departamental por la sequía reinante.
En ese entonces, la Secretaría Nacional de Emergencia Nacional (SEN) movilizó tanques de agua para hacer llegar agua a los indígenas. Pero los tanques llegaban en dos o tres días, y en las localidades más alejadas, como por ejemplo la de Santa Rosa, de los manjui, muchas veces, los camiones de la SEN no llegaron.
Al problema de la sequía se le sumó los incendios, que convirtieron en un infierno de humo y calor gran parte del Chaco. Según datos del Instituto Forestal Nacional (INFONA), desde 2019 hasta finales del 2022, se han incendiado 700 mil hectáreas en el Chaco paraguayo, una superficie cuatro veces superior a Londres.
Albertini Rojas es un indígena comunicador de la Organización Mismo Indígena (OMI), del pueblo enxet sur.
Rojas vive en la aldea Santa Fe, de la comunidad El Estribo, ubicada en el distrito de Tte. Irala Fernández, en el departamento de Presidente Hayes, la otra localidad que junto a Alto Paraguay y Boquerón, forman los tres departamentos chaqueños de Paraguay.
Si bien en esta comunidad también sufren por la sequía, en las últimas semanas de febrero de 2023 se registraron lluvias que al menos dieron la oportunidad de conseguir algo de agua.
“En Irala Fernández, ahora estamos teniendo agua después de una larga sequía que trajo muchos problemas” explica Rojas.
Dice que una de las graves consecuencias de la falta de lluvia fue que los indígenas perdieron sus plantaciones, que se destinan, mayormente, para el autoconsumo.
“Se perdieron parte importante de nuestras plantaciones de sandía, melón, zapallito. Por eso habíamos solicitado también la asistencia del gobierno” explica Rojas.
Al Norte, inundaciones
Las condiciones climáticas en el Chaco han mostrado comportamientos extremos. Mientras en el sur del departamento de Boquerón soportan una sequía desde hace tres años más o menos, al Norte, la situación fue totalmente diferente, ya que las continuas tormentas dejaron en ese tiempo a cientos de familias indígenas bajo agua.
En enero de 2021, toda la comunidad Yalve Sanga, pero del pueblo Enlhet Norte, quedó inundada. La misma situación se presentó en esa misma época en la comunidad indígena La Patria, del distrito de Puerto Pinasco, en el departamento de Presidente Hayes.
La inundación de 2021 dejó a decenas de familias indígenas fuera de sus comunidades en esta parte del sur chaqueño, mientras que en la región norte, la gente esperaba con ansias que caiga alguna mínima lluvia.
En marzo de este año, la zona del Bajo Chaco registró lluvias que dejó comunidades enteras bajo agua. Según datos que recogió la Coordinadora de Líderes Indígenas del Bajo Chaco, al menos unas 7.600 familias indígenas fueron afectadas por las aguas. Muchas de ellas, tuvieron que dejar el lugar donde vivían.
Acueducto inaugurado, pero sin funcionar
El 29 de septiembre de 2021, el gobierno nacional habilitó la conexión del sistema hídrico que iba a beneficiar en forma directa a las comunidades de Yalve Sanga, de Loma Plata, y de Villa Choferes del Chaco, ambos del departamento de Boquerón. La habilitación de este sistema forma parte del ambicioso proyecto “Acueducto”, un sistema de cañería subterráneo que tiene por objetivo transportar agua a lo largo y ancho del Chaco paraguayo.
El acto de habilitación de los pasos de agua se hizo con la presencia del propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez. Sin embargo, semanas después, las comunidades indígenas volvieron a quedarse sin agua potable.
El proyecto acueducto ya es de larga data. El actual gobierno, que asumió en agosto de 2018, mantuvo al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOCP) y la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (ESSAP), como las dos instituciones a cargo de desarrollar toda la obra.
En principio, el proyecto original solo estaba pensado para llegar a las ciudades principales del Chaco, donde beneficiaría principalmente a productores, ganaderos y grupos menonitas. Sin embargo, el proyecto final se modificó, permitiendo que los caños para transportar agua potable lleguen comunidades indígenas y no indígenas vulnerables del Chaco central.
El objetivo es que el acueducto pueda brindar agua potable – haya sequía o no – a unas 70.000 personas que habitan el Chaco paraguayo. De esta cantidad, al menos 40.000 son indígenas.
Osorio Losa, de la comunidad Yalve Sanga Enlhet, explica que el proyecto en sí del Acueducto tuvo muchos problemas y que, si bien en principio se tuvo agua potable mediante este sistema, la provisión duró muy poco.
Las canillas y el paso de agua están en la zona donde se habilitaron. Lo que no tienen es agua.
Este reportaje fue publicado en el reporte 2023 de la organización Minority Rights Group International.
Los médanos no se tocan (por ahora) 📝
La Cámara de Diputados finalmente rechazó la posibilidad de modificar la ley que habilitaba a realizar trabajos de prospección para la obtención de gas natural en la zona del Médanos del Chaco.
Al menos en una de las últimas sesiones de la Cámara de Diputados primó un poco la cordura y finalmente este cuerpo legislativo resolvió rechazar el proyecto de ley que pretendía habilitar la prospección y explotación de hidrocarburos en la zona del Parque Nacional Médanos del Chaco.
Sin embargo, la situación no está definida. Si bien el planteamiento que presentó el diputado colorado (cartista) Edwin Reimer fue al archivo, el propio “Bachi” Núñez, futuro senador por la ANR y también cartista, ya anunció que trabajará en aprobar leyes que permitan la explotación comercial, no solamente del Médanos del Chaco, sino de todos los parques nacionales del país.
El cartismo, por lo visto, irá con todo en lograr la explotación de los recursos naturales del país.
Chequeo: Es falso que Paraguay vaya a ser un sumidero de carbono.
Desde la cuenta de twitter de #LaVolanta, explicamos que es falso aquello de que Paraguay es o está camino a ser un sumidero de carbono, tal como lo afirmó el ministro de Agricultura y Ganadería, Santiago Bertoni, en una cumbre internacional realizada en Estados Unidos.
El 10 de mayo pasado, el ministro de Agricultura y Ganadería, Santiago Bertoni, dijo que Paraguay está en proceso de demostrar que es un sumidero de carbono. Fue en la cumbre "Misión de Innovación Agrícola para el Clima - AiM for C" Esto es falso. Información y estudios del Ministerio del Ambiente demuestran que Paraguay no está dentro de la calificación de “país neutral en carbono”, lo cual es necesario para ser un sumidero de carbono.
El ministro aseguró además que "Paraguay tiene una contribución histórica insignificante a las emisiones globales de gases de efecto invernadero, solo el 0.09%”. Esta última frase podría calificarse de engañosa.
Puede ver todo el hilo en este tuit
Recomendaciones:
Lo que podés escuchar, ver o leer.
#Paraver: Escape en Kabul.
Es un documental estremecedor. Está en HBO y los productores lograron hablar con varias personas que lograron salir de una ciudad que iba a ser tomada por los talibanes. Los testimonios de los soldados norteamericanos y la crueldad con que actuaron. Recoge, incluso, las palabras de los líderes talibanes. Impactante.
#Paraleer:
Santiago Peña se enfrenta a una multicrisis. Un reportaje de El Surti con análisis y datos sobre lo que le espera al futuro presidente de Paraguay respecto a varios temas, pero principalmente el ambiental, el cambio climático y los intereses que deberá resolver.
Este boletín fue corregido por Lilian Sánchez, graduada en Letras (UNA) y licenciada en Ciencias de la Comunicación (UNA).